HABÍA UNA VEZ...EL ESTAMPADO VICHY

‘Aquellos maravillosos años’ están teniendo su momentazo en el panorama trendy. Esta temporada primavera-verano 2018, los guiños a nuestra infancia y adolescencia son mucho más que una tendencia de esas que a una le hace ilusión volver a ver. Sería de imprudentes negar que son ellos los que regulan el termómetro ‘cool’ de fondos de armario y maletas de escapada. Estampados de micro florecitas, detalles de bordado inglés, el pantalón vaquero que fue pieza clave del uniforme oficial de la edad del pavo…Y ahora, la falda de cuadros vichy.

El nombre viene de la que se ha convertido, últimamente, en una de nuestras zonas favoritas del mapa mundi, la Provenza francesa. En concreto, una localidad que se hizo conocida por su balneario, y por ser enclave para el ‘gobierno de Vichy’ durante la Segunda Guerra Mundial. Para entonces, el estampado que hoy llevamos en faldas con siluetas bastante ‘western’, por cierto, se veía solo en servilletas y manteles. Fue en 1959, cuando los cuadros vichy se apuntaron a lookazos como el vestido de novia en rosa y blanco con detalles de encaje que el diseñador francés Jacques Esterel le hizo a Brigitte Bardot para su boda con Jacques Charrier. A él le debemos, en gran parte, que esta temporada podamos volver a experimentar con outfits de aire naif que vuelven igual de loca a la niña que llevamos dentro que a nuestro espíritu de ‘it girl’ terrenal.